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Las sujeciones físicas y farmacológicas en las residencias de mayores han sido combatidas desde hace más de 20 años. Ceoma, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, defiende que la formación del personal y la prevención de problemas de conducta pueden hacer más que estas medidas con numerosas consecuencias en las personas con demencia.
Con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, celebrado el 21 de septiembre, Antonio Burgueño, el director técnico de ´Desatar´, la iniciativa que Ceoma impulsó hace ya más de 20 años, ha explicado que la aplicación de sujeciones, bien sean física o farmacológicas, tiene numerosas consecuencias en la persona con demencia, con "más de 30 efectos secundarios negativos, como la aparición de úlceras por presión, la pérdida de equilibrio, la sarcopenia, la pérdida de masa muscular o de energía, además del impacto psicológico”.
Para evitar caídas, muchos centros aplican todavía sujeciones, un hecho que, según el coordinador del programa, Vicente Pérez, responde "a una actitud muy sobreprotectora". El especiaista apunta que "hay diferencias culturales, ya que aquí se intenta evitar como sea que se caigan y en otros países de aplica un factor riesgo positivo y se trabaja en otras medidas".
A pesar de que todavía "hace falta más concienciación", Pérez ha destacado que, a raíz de la instrucción de la fiscalía general del Estado de 2022, que instaba a las residencias a eliminar las sujeciones, se ha acelerado el proceso y ya son más de 270 residencias en España las que han eliminado las sujeciones a personas con demencia.
El coordinador de ´Desatar´ ha querido dejar claro que se trata de un proceso largo porque "quitar sujeciones es fácil, pero hacerlo sin tomar otras medidas es una temeridad". Por ello, considera que "previamente tiene que haber un cambio de mentalidad, mirar con otros ojos a las personas, y dejar de trabajar de una forma para hacerlo de otra".
Para que el proceso sea exitoso, desde el programa se acompaña a los centros que lo deseen, mediante formación y una "intervención adaptada a cada residencia".
Pérez ha celebrado que Extremadura es la primera Comunidad Autónoma que ha eliminado todas las sujeciones en sus centros.
Estas residencias reciben una certificación que las acredita como centros amigables con las personas mayores con demencia, otro proyecto impulsado por CEOMA con el objetivo de ofrecer la mejor atención a los usuarios y promover su bienestar.
El responsable de esta iniciativa, Antonio Burgueño, ha explicado que, para obtener la certificación, los centros deben haber eliminado ya las sujeciones y cumplir "un total de 65 estándares más”, que hacen referencia a la organización, a espacios compartidos, al trato que se da a los usuarios, a las condiciones del centro o al entorno". En la actualidad, un total de 10 residencias disponen de esta certificación y una veintena más están en proceso de cumplir estos estándares.
Desde CEOMA, calculan que unas 250.000 personas con demencia viven en residencias en España. Según Burgueño, “muchas de ellas tienen una edad avanzada y a menudo se considera que han pasado a un punto de ‘no retorno’ y se las considera desahuciadas”. Ante esta situación, Antonio Burgueño ha reclamado que “se preste mayor atención a las personas mayores con esta enfermedad y que, aunque tengan una edad muy avanzada, si se las cuida y se les da soporte de forma adecuada, pueden vivir muchos años”.
En la misma línea, el presidente de CEOMA, José Luis Fernández Santillana, ha reivindicado la necesidad de destinar “más recursos para el diagnóstico temprano y la atención domiciliaria” y “un compromiso real para no olvidar a quienes olvidan”. “El Alzheimer no borra la dignidad de quienes lo padecen. Nuestra obligación es asegurar que cada persona reciba cuidados humanos, cercanos y respetuosos”, ha concluido.