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Un artículo de Lourdes Bermejo, Vicepresidenta de Gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Si tuviéramos que plantearnos cómo encarar las próximas semanas en aislamiento las Personas Mayores, no estaría de más pararse unos minutos a pensar cuál va a ser nuestro Plan para que sean semanas, en lo posible, positivas. Necesitamos un Plan para las Personas Mayores porque son el principal Grupo de Riesgo. Y ese plan podría tener varias facetas: psicológica, intelectual, física y social.
Empezaría por proponer que pensemos que es muy importante la actitud con la que las personas asumimos esta situación de quedarnos en casa. Lo deseable es intentar evitar la sensación de miedo y sentirlo más como un acto de precaución y auto cuidado, porque la actitud la predisposición con la que lo afrontemos va a influir en que seamos capaces de utilizar mejor nuestros recursos y, por tanto, ayudará a que sea una situación más llevadera.
Es bueno que las personas se hagan una pequeña rutina y que sustituyan los momentos en los que a lo mejor saliendo a dar un paseo o realizar unos días fuera de casa la sustituyan por otras en las que también puedan disfrutar. Recurrir a la lectura, elaborar recetas más complicadas que antes no tenían tiempo de hacer, labores de casa, organizar cajones o armarios… es decir, mantenerse ocupado. Las personas necesitamos mantenernos activas y hacer actividades que nos hagan sentir útiles. Se trata de que cada persona busque cuales son las que le gustan y ponerse a ello. Con buen animo, y si le gusta, poniéndose música, o cantando ella misma (recuerdo esta costumbre tan habitual y tan positiva de antes…).
Otro grupo importante de actividades se refieren a la actividad intelectual o cognitiva que también necesitamos ejercitar. Para ello cada persona puede buscar lo que le agrada más: recuperar la lectura, hacer crucigramas, juegos de letras, sudokus, juegos de mesa y cartas tanto si no está sola como si lo está (al solitario, por ejemplo).
La televisión es otro buen recurso para las personas, aunque hay que evitar estar todo el rato enganchado a los programas que no hacen más que hablar de este tema porque puede llegar a sobrecargarnos y angustiarnos. Después de estar informados, resulta conveniente cambiar y buscar canales que ofrezcan otro tipo de programas como documentales donde poder disfrutar y aprender cosas (cocina, geografía historia, cultura...) o concursos diversos, donde los protagonistas tienen que dar respuesta y la persona pueda implicarse en responder también, o las series o novelas que habitualmente las personas disfrutan...
Las personas que son usuarias de internet y tienen posibilidad de usarlo en casa, tienen un tesoro: pueden conectarse por video conferencia con sus allegados, pueden escuchar conciertos, conferencias, aprender recetas y trucos de todo, viajar por las redes, y, por qué no, cantar canciones a la vez que lo hacen sus cantantes favoritos (cantar y ”bailotear” es un gran recurso para mantenerse activo y alegre), ver películas antiguas o escuchar podcast, usar aplicaciones de juegos, etc.
En cuanto a un plan de actividad física, también puede ser bueno que las personas tengan una rutina de hacer pequeños ejercicios en los ratos que solían realizar antes actividades fuera de casa, por ejemplo, dar pequeños paseos dentro de casa (siempre que no tenga objetos que puedan dificultar la marcha y que estén bien iluminados para evitar riesgos…) o realizar pequeños estiramientos o ejercicios sentados. Muchas personas que hacen gimnasia en centros cívicos o sociales saben a qué podemos referirnos... quienes tienen una terraza o un patio, y según la climatología, también pueden disfrutar a ratos, del aire libre....
Cuidar el sueño también es importante por eso hay que procurar mantener estás costumbres de higiene del sueño /evitando ver películas o coloquios que resulten estresantes y que hagan aumentar la ansiedad por la noche... Es preferible ponerse un poco la radio o poner algo de música u otro tipo de actividad que a las personas les relaje antes de dormir (una llamada a un ser querido, meditar, rezar, etc..).
Es importante recordar que todas las personas tenemos una serie de necesidades que necesitamos satisfacer y las personas mayores que se quedan solas, también. Me refiero a las necesidades más de corte social, afectivas y psicológicas. ¿Cómo podemos ayudar a las personas mayores que las pueden satisfacer?
Tenemos actualmente unas herramientas muy poderosas, los sistemas de comunicación: desde el clásico teléfono hasta los Smartphone. Además, muchas personas mayores ya están acostumbrados y utilizan habitualmente aplicaciones como el WhatsApp, que también permiten video llamadas. Ahora necesitamos que sus allegados (sus amistades y sus familiares... sus seres queridos) se comprometan, se organicen y hagan un uso adecuado de ellos y les acompañen a distancia, llamándoles, conversando con ellos, mandándoles fotografías.... para favorecer que puedan estar al día de lo que les sucede a sus seres queridos, tener conversaciones y se sientan menos aislados y queridos. Se trata de favorecer relaciones afectivas y cercanas, aunque sea a distancia y que sientan que tus allegados se interesan por ti y te envían su cariño.
También desde las Asociaciones de Voluntariado o los Servicios Sociales se deben utilizar estas herramientas para ayudar a las personas a sentirse más acompañadas en su aislamiento. También hay que hacer una llamada a los vecinos, para que se interesen y estén al tanto de cómo se encuentran sus vecinos más mayores, por si necesitan algo (desde una llamada y conversación.... hacerles la compra o pasearles su perro...).
Las casas de la mayoría de las personas mayores, en la actualidad, pueden permitir poder pasar esta temporada en la que debemos de estar aislados mejor de los que habría podido ser en el pasado. Tenemos más recursos y comodidades, sin duda. Pero necesitamos que cada persona se mentalice, optimice sus recursos, y, sobre todo, que su entorno afectivo y social se ponga a su disposición para acompañarle y ayudarle a vivir esta temporada, de la mejor manera posible.
La gran mayoría de las personas mayores han superado muchas dificultades en sus vidas y han sabido afrontarlas con éxito. Cada persona tiene su propio bagaje, su estilo de hacerlo y sus propios recursos. Pero muchos comparten la experiencia aprendida de que en ocasiones hay que sacrificarse y esforzarse para seguir adelante. Con calma, optimismo y la colaboración de sus seres queridos, allegados, vecinos o voluntarios, vamos a poder ayudarles a pasar esta época difícil que tienen, mejor dicho, que tenemos que afrontar.