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La Semana de la Desnutrición, que se celebra en el mes de noviembre, está liderada a nivel europeo por la ENHA (European Nutrition for Health Alliance) con los equipos nacionales de ONCA (Optimal Nutritional Care for All), ESPEN (European Society for Clinical Nutrition and Metabolism), y otras organizaciones, SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) y SENPE (Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo).
AENE (Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Productos de Nutrición Enteral) apoya esta iniciativa y también trabaja para darle mayor visibilidad en nuestro país. Con motivo de este hito, estas entidades han impulsado una campaña para movilizar a los países de toda Europa con el fin de aumentar la concienciación, y el diagnóstico y tratamiento temprano de la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE).
La DRE aúna el binomio entre desnutrición, por una ingesta inadecuada de energía y nutrientes, con enfermedad, haciendo énfasis en los cambios corporales y la perdida de funcionalidad en relación con la inflación que ocurre cuando existe una enfermedad aguda o crónica. Esto implica mayor tasa de infecciones y comorbilidades, mayor estancia hospitalaria, peor calidad de vida, peor recuperación y mayor mortalidad, entre otros.
Esta condición es frecuente entre pacientes con enfermedades complejas o graves. En este sentido, hasta el 24% de los pacientes están en riesgo nutricional al ingreso hospitalario, cifra que puede llegar al 38% en las personas mayores y al 33% en los pacientes oncológicos.
Ante esta situación, la campaña europea de la Semana de la Desnutrición destaca dos prioridades: integrar la atención nutricional como parte esencial del tratamiento sanitario y empoderar a los pacientes para que participen activamente en las decisiones nutricionales. Esta iniciativa tiende un puente entre el compromiso político a nivel europeo y la educación en los distintos países para que la atención nutricional sea visible, accesible y reconocida como esencial para todos los pacientes en Europa.
“Abordar la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad de forma efectiva no solo mejora la vida de los pacientes, sino que contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario. Invertir en nutrición clínica es invertir en salud y en eficiencia, por ello es imprescindible que la DRE sea diagnosticada y adecuadamente tratada. Por ello, desde AENE, durante esta Semana de la Desnutrición queremos crear concienciación sobre la importancia de integrar de manera sistemática el cribado nutricional, desde la atención primaria hasta la hospitalaria, así como incorporar la terapia nutricional en las estrategias sanitarias de forma más temprana”, explica Irene Boj, presidenta de AENE.
Si no se trata, la DRE puede llegar a impactar tanto clínica, como económicamente en los servicios de salud, muy por encima de la obesidad. La detección y el tratamiento nutricional en pacientes con desnutrición reduce no solo la mortalidad y las complicaciones, sino también los costes sanitarios asociados. En concreto, la existencia de pacientes con DRE puede incrementar en 1.143 millones de euros anuales el coste sanitario en España. En este sentido, el cribado nutricional es la herramienta fundamental y necesaria en el abordaje de la DRE.
El cribado nutricional es un procedimiento estandarizado que permite identificar a los individuos con desnutrición o con riesgo de ella que se pueden beneficiar de un apropiado tratamiento nutricional. El Consejo de Ministros de Europa en 2003, consciente de la gravedad del problema, aprobó una resolución sobre alimentación y atención nutricional en hospitales, definiendo la necesidad de monitorizar el riesgo de desnutrición de forma rutinaria en todos los pacientes antes de la hospitalización o en el mismo momento de esta, debiendo repetirse con regularidad dependiendo del grado de riesgo de desnutrición.
A pesar de los acuerdos sobre relevancia de la prevención y el abordaje de la DRE por parte de las principales sociedades científicas, la realidad es, que todavía quedan importantes retos de futuro. Antes esta situación, los expertos coinciden en la importancia de implementar protocolos de detección de la DRE, establecer sistemas de alerta temprana, integrar la nutrición en las políticas de salud, incluir la atención nutricional como componente clave y fomentar equipos multiprofesionales para su evaluación y tratamiento.
En este sentido, los expertos también ponen foco en la suplementación nutricional oral, que constituye un tratamiento médico que ha demostrado reducir la mortalidad, la duración de la estancia hospitalaria, la tasa de reingresos y los costes del proceso en pacientes con DRE. Su efectividad está actualmente avalada por múltiples ensayos clínicos con un nivel de evidencia alto y un grado fuerte de recomendación en las guías de práctica clínica. Además, constituyen una herramienta terapéutica que, desde una perspectiva de economía aplicada a la salud, resultan positivas en coste-efectividad y coste-utilidad.