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Diversos estudios aseguran que los años que vivimos tienen que ver entre un 70% y un 80% con el estilo de vida, en detrimento de la carga genética, que nos predispone a algunas enfermedades.
La multinacional Neolife se ha querido fijar en los beneficios de la medicina antiedad, basados en los chequeos preventivos y en la actualización constante y personalizada de pautas de salud.
La doctora Cristina Minguito recuerda la importancia de realizarse chequeos antiage que arrojen luz sobre cuestiones vitales como:
Todo ello, explica, teniendo en cuenta la “hoja de ruta” con la que cada paciente acude a las clínicas, una información que tiene más que ver con la edad real que con la edad biológica, entendida esta última como la que marca el estado orgánico de cada individuo, independientemente de la nuestra fecha de nacimiento.
Para cumplir más años, y hacerlo en condiciones óptimas, en Neolife se basan en todos estos aspectos y, a las pautas de alimentación, ejercicio, sueño, de control del estrés y otros, añaden las dos cuestiones claves del antiage: la suplementación y la terapia hormonal.
La primera tiene que ver con las necesidades de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, antioxidantes, pre y probióticos, entre otros, de cada individuo según su estado, sexo, pero, sobre todo, edad.
Este último aspecto requiere de especial control y vigilancia en la menopausia y la andropausia, cuando el declive hormonal supone una aceleración del envejecimiento. Las hormonas tienen una función protectora en general, pero, sobre todo, a nivel mental y cardiovascular. De ahí los tratamientos de reposición con hormonas bioidénticas, un factor de protección contra la enfermedad y un impulsor de un estilo de vida saludable y activo.
Ahora bien, lo que nos hace vivir más y mejor, requiere hábitos y constancia. Y en este punto, Cristina Minguito nos remite a crearlos, siguiendo las pautas recogidas en un libro que ya es un clásico de la literatura divulgativa relacionada con el bienestar, Atomic Habits, de James Clare. Este texto nos invita a construir nuestros propios hábitos, haciéndolos obvios, atractivos, fáciles y satisfactorios. Si se nos hace muy cuesta arriba, por ejemplo, salir a correr, ayudémonos comprándonos un equipamiento con el que nos veamos bien, dejándolo a la vista para cuando nos levantemos, poniéndonos música que nos guste mucho, eligiendo un recorrido que nos resulte atractivo, y con una aplicación que celebre nuestros logros.
Aplíquese esta fórmula a alimentación, al sueño, a salir con los amigos, y a acudir a las revisiones médicas y piense en ello , finaliza la doctora Minguito, como “como una inversión a largo plazo en su salud, su energía y su felicidad”.